Las placas de carbono aplicadas en las zapatillas de running se basan en qué dicha placa acumula toda la tensión de la pisada y así luego utiliza dicha energía para levantar el pie del suelo con un efecto rebote, una especie de resorte. Son símbolo de eficiencia y rendimiento, ayudan a impulsarte hacia adelante y a maximizar la zancada y reducen la fatiga muscular. Una placa de carbono, puede aumentar la velocidad de carrera.
Suelen colocarse en la mediasuela, o en la parte delantera de la zapatilla, si es así, conviene dejar libre el primer dedo ya que éste es quien realiza el último movimiento de propulsión.
Pero, es la placa de carbono, ¿necesaria o beneficiosa para tod@s los runners?
En primer lugar, sólo apta para corredor@s que corren de media punta, no sirve de nada en individuos que talonean.
En asfalto; sólo sería de ayuda en corredor@s que tengan una buena técnica de carrera, que vayan a ritmos por debajo de 4’30 min y para carreras cortas. Si se trata de una carrera larga, deberán ser capaces de mantener el ritmo por debajo de 4’30 durante toda la carrera.
Para Trail, la cosa cambia. El terreno no suele ser llano, así que la pisada no es totalmente cíclica como ocurre en el asfalto, por tanto, la placa de carbono no puede realizar al 100% su función. Sólo sería válido para corredor@s profesionales ó que fueran capaces de mantener un ritmo bajo durante toda la carrera.
A tener en cuenta que hablamos siempre de corredor@s sin patología, cada un@ debe probar y encontrar su zapatilla. Recordar que una zapatilla mal elegida puede desencadenar en lesiones.
Silvia Mascaró Guardia.
PODÓLOGA col IB048.