Las verrugas son neoformaciones epiteliales benignas y locales, causadas por la infección vírica del virus del papiloma humano (VPH), principalmente por los tipos 1, 2 y 4. Es una patología bastante común y suelen recubrirse de tejido queratósico, lo que se pueden confundir con helomas (“ojos de gallo”) o hiperqueratosis (“callos”).
¿Quiénes y cómo se contagian?
Las verrugas plantares son menos frecuentes en adultos, lo que podría deberse a la inmunidad adquirida a lo largo del tiempo. La incidencia en la tercera edad es prácticamente nula. El porcentaje de verrugas es mayor en pacientes inmunodeprimidos. Los niños con piel atópica se contagian más que el resto, ya que son más susceptibles a las infecciones de la piel en general.
El sistema inmunitario de cada persona responde de una manera diferente ante el virus. No todas las personas que entran en contacto con el virus desarrollan verrugas. Incluso las personas de una misma familia reaccionan de manera diferente ante él. Si el virus se disemina a partir del primer lugar de infección, pueden aparecer más verrugas.
Te puedes contagiar a través de:
- Contacto directo, a través de heridas o grietas.
- Ambientes cálidos y húmedos, por lo que puedes contraer el virus caminando descalzo alrededor de una piscina o en los vestidores.
- Sistema inmunológico débil.
- Falta de higiene.
¿Cómo las podemos reconocer?
Las verrugas plantares suelen presentarse en dos formas:
1. Verruga plantar endofítica: única, profunda, dolorosa al pellizco o presión, y se manifiesta por una placa queratósica circunscrita. Forma parecida a una coliflor. La zona central aparece con puntos sangrantes o negros, mostrando los capilares trombosados. Suele aparecer en zonas de apoyo de la planta del pie.
2. Verruga plantar exofítica o en mosaico suele ser múltiple, superficial, poco o nada dolorosa y se manifiesta por una placa ligeramente abombada formada por lesiones queratósicas circunscritas y juntas a modo de mosaico. Suele localizarse en los talones u otras zonas de la planta.
¿Cómo se pueden tratar? - TRATAMIENTO
El tratamiento convencional más frecuente e indoloro es mediante fármacos químicos; aplicación pautada de ácido láctico y salicílico. Su aplicación dependerá de cada caso y lo deberá pautar el especialista podólogo. En general, las lesiones remiten sin problemas con este tratamiento.
Algunos casos que no remiten con el tratamiento convencional, se resuelven mediante la medicina homeopática, tratando la inmunodeficiencia del paciente.
Hay otros tratamientos como la crioterapia (frío), coagulación y el láser.
En casos más avanzados de verrugas resistentes, se puede recurrir a la resección quirúrgica.
¿Cómo evitar el contagio? - PREVENCIÓN
- Mantener los pies limpios y secos.
- Usa sandalias u otro tipo de calzado para proteger los pies al caminar en piscinas, duchas, gimnasios o vestidores públicos.
- No tocar ni rascas las verrugas con las manos u otras zonas. Mantener las manos limpias.
- Cuidar las heridas o grietas en los pies.
En caso de duda, acude al especialista podólogo para empezar el tratamiento en cuanto antes y evitar la propagación de las verrugas a otras zonas.
D. Natalia Dziewa
Podóloga nº 838082124